lunes, mayo 29, 2006

El coste de la vida: 5000 contra 1

Estamos ya llegando a cotas de asco increibles. Todos sabemos por una parte la manipulación que hay en TV (en cualquiera) y que una cadena va de un palo y otra de otro; y si estás un poco atento, pues lo que digan lo coges con la cautela de saber "quién lo está diciendo" y "quien le paga por decirlo" y confrontas informaciones distintas, o en su defecto, te quedas con el que te dice lo que te gusta oir.
También tenemos la suerte de estar invadidos por la telebasura (hasta el Times ya denuncia el caso español), pero andando (zapeando) con cuidado (mucho cuidado) puedes evitar que los programas que la ventilan te la salpiquen encima.

Pero este domingo, dispuesto a ver en el telediario de mediodía lo que pasa por el mundo y lo penosa que es la Selección, abren con la noticia en portada de que la señora R. J., ilustre coplera, se está muriendo (desde hace 3 meses ya, creo), y durante más de 5 minutos cuentan que "no saben nada" y "que no hay noticias"; y anuncian (y perpetran) una conexión en directo para el final del telediario para contar como novedad que siguen sin saber nada y que en cualquier caso, toda España está pendiente del estado de salud de esta señora.

Se equivocan.

Yo no estoy pendiente del estado de salud de esta señora.
Yo tenía un cierto interés, por ejemplo, por los 5.000 muertos (¡¡¡ CINCO MIL !!!) que el día anterior había habido en el terremoto de Indonesia. Pero así está el coste de la vida por aquí: la medio vida (o medio muerte) de una cantaora patria vale el doble, en tiempo de telediario, que las muertes de 5.000 personas en Indonesia.
Me comenta un amigo que "son los medios de comunicación"; pero también se equivoca. ¿Cuanta gente aguantaría un programa de sólo 1 hora el sábado por la noche sobre el terremoto? ¿Cuanta gente aguanta en cambio un programa de 3 horas de telebasura dicha noche, sábado tras sábado?

Sólo espero que el rebaño termine algún día dandóse cuenta de cómo les engañan, de cómo les hacen el timo de la estampita (o como se llame) día a día, haciéndoles mirar hacia otro lado mientras les roban la cartera, la vivienda y el trabajo y les lobotomizan sin prisa, pero sin pausa...

Y cuando la coplera se muera de verdad y cada cadena haga El Especial, agarraos...